A diferencia de lo que comúnmente se supone la mejor estrategia para sacar juego a la competencia no es competir directamente con esta, sino, por el contrario, dejar de competir.
Así pues, en vez de tratar de superar a la competencia con el fin de obtener una porción de un mercado existente ("OCÉANO ROJO"), lo mejor es buscar un OCÉANO AZUL, es decir un mercado virgen que nadie haya tocado y que tenga el potencial de crecer. en los OCÉANOS ROJOS, la competencia pone las reglas, en los OCÉANOS AZULES, la competencia se vuelve irrelevante.
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